Preguntas Leccion 5

LECCION 5
1-   Lea los siguientes textos bíblicos que conciernen a la llenura del Espíritu Santo y escriba algunas observaciones: Lucas 1:41-42; Hechos 4:31; 6:3; 11:24; 13:9. Compare los textos y note cualquier similitud y diferencia. ¿Cómo se define la llenura del Espíritu Santo? ¿Qué distinción se hace?


En los diferentes versículos se habla de diferentes circunstancias en que los creyentes eran llenos del Espíritu, en Lucas con la sola presencia de María provocó el llenado, en Hechos 4:31 en medio de la oración, los creyentes fueron llenados, entre ellos los apóstoles Pedro y Juan. En Hechos 6:3, los apóstoles buscaban siete diáconos, cuya mayor característica debía ser llenos del Espíritu Santo, de buen testimonio y sabios.
En Hechos 11:24, Bernabé había sido enviado a Antioquia y por ser buen varón, lleno del Espíritu Santo y de fe, hizo que una multitud recibieran al Señor y fue una gran Iglesia y la primera vez que se les llamó cristianos.
En Hechos 13:9, Pablo lleno del Espíritu Santo tenía la capacidad de ver en Elimas “el mago”, la intención de apartar al procónsul de la fe, para que no creyera y Saulo indignado le dijo que quedaría ciego y al ver a Elimas ciego, el procónsul creyó en el Señor.
La diferencia estaba en que los medios para ser llenado del Espíritu Santo, pero el hecho de estar lleno del Espíritu Santo, significaba la plenitud de Dios, en cada creyente.

Según el texto, existe la fiel convicción de que Dios nos otorga el ser llenados del Espíritu Santo, proporcionalmente a la tarea que nos encomienda.
La situación normal de nosotros los cristianos es estar llenos del Espíritu Santo y el llenado es una dosis adicional que recibimos para ciertas tareas especiales.
El llenado no se otorga para un usufructo propio o para vanagloriarse de este llenado. La única razón de ser llenado es servir a los demás, glorificando a Cristo en ello. Y glorificamos a Cristo cuando  lo amamos, le obedecemos y confiamos en Él.
No necesariamente tenemos conciencia de estar llenos del Espíritu Santo. Es más algo que los demás pueden percibir en uno, que uno mismo percibir.

2-   Lea la Epístola de Pablo a los Gálatas por completo y resuma tres principios básicos que provengan de la misma. Evalué su propia vida con respecto a su hogar, trabajo y comunidad, de acuerdo al texto y de la Epístola.
No hay otro evangelio, sino el de Cristo y quien predica otro es maldición o anatema. Ya no servimos al hombre sino a Dios.

Dios no hace acepción de personas. La ley no puede justificar a nadie, porque el único que lo puede hacer es Cristo.

Con Cristo estamos crucificados y ya no vivimos nosotros sino Él en nosotros y aun que vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del hijo de Dios.

Recibimos al Espíritu por la fe en Cristo y así como Abraham creyó a Dios y fue justificado de esta manera, al nosotros confiar por fe en Cristo somos hechos hijos de Abraham. Un gentil al que Dios le prometió que en él serian benditas todas las naciones.

La ley dice que es maldito todo aquel que no cumple con todas las cosas escritas en el libro de la ley, pero Cristo nos redimió de esto y con él nace el evangelio de la justificación, el evangelio de Cristo.

Dios hizo la promesa a Abraham y a su simiente, no hablo de muchas simientes, sino de una, Cristo.

En la ley todo el pecado fue contemplado, para que en su tiempo Cristo nos liberara de este.

Sin distinción alguna ya no somos hombres y mujeres, ni somos de un lugar u otro, o de un credo u otro, somos uno en Cristo.
Si somos de Cristo, somos linaje de Abraham y herederos según la promesa.
Por Cristo recibimos el Espíritu Santo que clama ¡Abba, Padre!
Abba es una palabra caldea que se utiliza 3 veces en el nuevo testamento y que es una forma afectuosa de referirse al Padre, y aun que no tiene una traducción exacta es como Padre, en lugar de Papá. Un término más cariñoso y de respeto e intimidad con Dios, pero no por llamarle así recibiremos un favor especial.

Ya no somos esclavos, sino hijos de Dios (Libres). No podemos volver a vivir en la carne una vez conocemos de Dios o más bien siendo conocidos por Dios.

No debemos utilizar la libertad que Cristo nos dio para hacernos esclavos de la muerte, sino para servirnos en amor unos a otros.
Toda la ley se cumple en una sola oración: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Debemos andar en el Espíritu Santo y no en los deseos de la carne. Estas dos cosas se oponen la una a la  otra.

Ninguna persona que practique los pecados de la carne, heredará el reino de Dios.

Muy por el contrario el fruto del Espíritu es amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, y contra tales cosas no hay ley.

Si vivimos por el Espíritu, debemos caminar por el Espíritu y en caso de que algún creyente cayera, debemos con mansedumbre restaurarle, no sea que el día de mañana seamos nosotros mismos quienes necesitemos ser restaurados.

No podemos creernos más que cualquiera de los demás, porque al hacerlo demostramos que no somos nada.

Dios no se puede engañar, de tal manera que solo recogeremos lo que hemos sembrado.
No podemos cansarnos de hacer el bien, porque a su tiempo recogeremos los frutos.

Hagamos bien a todos y mayormente entre creyentes.


3-   Diferencia entre el bautismo del Espíritu, la enseñanza de la “segunda bendición” y los nuevos “henchimientos”.
·        El bautismo del Espíritu sucede una sola vez y nada en la Biblia hace ver que se necesite de otro bautismo. Este bautismo sucede en el mismo momento en que aceptamos a Cristo como Señor y Salvador.
Desde ese preciso momento el Espíritu Santo empieza a vivir en nosotros.
·        La segunda Bendición es un término no Bíblico que algunos utilizan para referirse a la plenitud en el Espíritu Santo.
·        Los nuevos henchimientos son en definitiva el llenado del Espíritu Santo que ocurre varias veces en nuestra vida.

El hecho de ser llenado del Espíritu Santo no es cuantitativo, no radica en cuanto tenemos del Espíritu, sino cuanto de nosotros tiene el Espíritu. Debemos gradualmente ir sometiendo más y más áreas al control del Espíritu Santo.
El Espíritu se nos da en plenitud desde el primer momento y no una parte de Él.

4-   Lea 1Corintios 1__4 y 12__14. ¿Cómo se explica la relación entre los dones del Espíritu y la madurez Espiritual?
1Corintios 1__4
Dios nos ha dado la Gracia de Cristo. Nada nos falta en los dones, pero tales dones, no han sido dados para división, sino para la Gloria de Jesús.
El no creyente cree que la palabra de la cruz es locura, pero para nosotros es su poder.
Porque nada puede compararse con la sabiduría y la fuerza de Dios, pero aun así Dios escogió a los más frágiles para testimonio.
Nadie se puede gloriar de su fuerza, porque solo está en Cristo Jesús.
Nuestra fe no puede estar basada en sabiduría humana sino en el poder de Dios.
Y este poder suyo, nos es revelado por el Espíritu Santo y su magnitud jamás nadie la vio.
El Espíritu Santo nos hace ver la grandeza de lo que Dios nos ha concedido.
El hombre natural no puede percibir las cosas Espirituales, porque para entender debe ser discernido espiritualmente. Así que para este hombre las cosas de Dios son locura.
En cambio el hombre espiritual, juzga todas las cosas, pero no es juzgado de nadie. Porque tenemos la mente de Cristo.
Todo esto es un proceso y es prueba de ello la misma división entre creyentes. Todos nosotros somos colaboradores de Dios, labranza de Dios, edificio de Dios.
El fundamento, el cimiento de toda vida cristiana es Cristo y lo que edificamos en nuestras vidas debe estar basado en Él.
La obra que hagamos será probada con fuego y si queda intacta, recibirá su recompensa y en caso contrario lo que edifique se quemará, recibiendo solo su salvación así como por fuego.
Somos templo del Espíritu Santo. Si alguno destruye el templo, será destruido por Dios.
No debemos creernos sabios, porque solo haciéndonos ignorantes, seremos realmente sabios. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para Dios.
Todo nos pertenece, presente y futuro, porque somos de Cristo y Cristo de Dios.
Somos servidores y administradores de las cosas de Dios. Siendo el administrador, fiel.
No juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor.
No podemos vanagloriarnos de nada porque todo nos ha sido dado.
El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.

1Corintios 12__14
Nadie que hable por el Espíritu Santo lo hará en contra de Cristo y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
Hay varios dones pero el Espíritu es uno solo. Hay muchos ministerios pero el Señor es el mismo.
A cada uno se le da por lo menos un don, pero solo el Espíritu Santo los otorga y es Cristo que a su voluntad los otorga, para que cada uno cumpla con la parte que le toca dentro del cuerpo de Cristo. No pudiendo todos ser ojos y corazón. Son los miembros del cuerpo que parecen más débiles, los más importantes.
Todos dependemos uno de los otros y si uno falla o padece, debe ser respaldado por los demás.
No todos profetizan o hablan lenguas, cada cual tiene el don que Dios necesita de nosotros, pero si no tenemos amor de nada sirve. El amor es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace lo indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser, pero los dones si dejaran de ser.
Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, pero es el amor el más importante de todos.
No hay dones mejores o peores. El don de lenguas se consideraba el mejor, pero Pablo hacia énfasis en que si no se podía traducir era como nada y era mejor profetizar. Pablo intento hacerle ver a la iglesia que este don era como cualquiera y que el propósito era la edificación de la iglesia, pero se debía orar por interpretación, porque de lo contrario ningún significado tenia. Necesitamos orar de espíritu y entendimiento, porque sino entendemos, ¿a que le estamos diciendo Amen?
Si más de uno habla en lenguas, se debe hacer de dos o tres por tuno, habiendo quien interprete y si no lo hay mejor que el que habla en lenguas calle y ore para sí mismo y para Dios. Así los que profetizan lo haga de uno en uno, para que todos aprendan.
Dios no es Dios de confusión sino de paz.

La madurez espiritual y los dones no tienen relación, porque no es más espiritual el que habla en lenguas, que el que profetiza.
Los dones son otorgados por Dios según su voluntad, haciéndonos parte de un cuerpo donde hay débiles y fuertes pero unos dependen de otros sin que uno solo pueda existir por si solo.
Lo único que Dios aclara realmente necesario sobre los dones es el amor, sin cual de nada sirven.
Además los dones tienen como objetivo la gloria de Cristo y no la personal.

5-   ¿Para qué propósito principal ha venido el Espíritu Santo? De bases bíblicas.
El Principal propósito del Espíritu Santo es glorificar a Cristo, daño testimonio de Él.
Juan 15:26
Juan 16:14

6-   ¿Cuáles son las dos áreas de la vida cristiana para las cuales necesitamos el poder del Espíritu Santo? ¿Se puede agregar otra área? ¿Puede identificar algunos aspectos de su propia vida en los cuales estamos tratando de lograr resultados y tener éxito sin contar con el poder del Espíritu Santo?
Existen dos áreas en las cuales necesitamos del poder del Espíritu Santo, para la vida Santa  y para el Servicio. Se pudiera agregar a la lista el área de la adoración.
Porque solo en el poder del Espíritu Santo podemos vivir una vida que glorifique al Señor. No podemos glorificar a Dios con la energía que nos brinda la carne. Esto era lo que decía Pablo:
“Lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago… el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”.
Romanos 7: 15, 18, 19
7-   Explique de manera concisa las tres facetas relacionadas con la llenura del Espíritu sacadas a relucir en el texto. Reflexione en las mismas a la luz de la enseñanza amplia de las Escrituras acerca de la vida cristiana.
a-   El Entendimiento o la comprensión de hechos bíblicos acerca de la vida cristiana. Debemos saber :
o   que el Espíritu Santo mora en nosotros
o   Dios nos manda a estar llenos del Espíritu (Efesios 5:18-21)
o   Dios quiere llenarnos del Espíritu.
o   El pecado presenta obstáculos para la vida abundante.
b-  Sumisión. Abarca confesión, arrepentimiento y rendición en obediencia total a Dios.
c-   Fe. Caminar o vivir por fe.

Debemos notar que las escrituras no nos dan una formula mecánica para la vida cristiana. Hay mucho más que el mandato singular “sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18b), que sirve para facilitar la vida victoriosa cristiana. Este mandato ocurre en un contexto que nos instruye a cantar salmos y alabar a Dios en nuestros corazones, como aspecto de una enseñanza más amplia del caminar del creyente. Además, no es muy probable que el principio fundamental de la obediencia cristiana se presente en las escrituras de manera tan breve y sin mayor indicación que lo que esto representa (podemos hacer una comparación con Romanos 6__8, pasaje central sobre la vida cristiana).
Sin duda, la enseñanza de Efesios 5:18b representa una de las facetas de la obediencia Cristiana tal como se enfoca en la Epístola a los Efesios. En realidad hay diversos mandamientos e instrucciones para el creyente bajo el Nuevo Pacto que abarcan amar a Dios y al prójimo con el poder que Dios nos proporciona para ese fin por el ministerio del Padre, Hijo y Espíritu Santo.


8-   El tema de la blasfemia contra el Espíritu Santo ha causado temor a muchos. ¿Cómo se le enfoca en este libro?
Este pecado es cometido por no creyentes y significa el total e irrevocable rechazo de Jesucristo y no creer en Él para vida eterna. Se advierte del peligro para el no creyente de seguir rechazando la salvación que Dios ofrece y además se exhorta al creyente a manejar este tema con mucho cuidado, prudencia y cautela y a juzgar cuando es que alguien a cometido este pecado.
También se afirma el perdón de Dios, la salvación por la fe en Jesús y la eficacia de su sangre para limpiarnos del pecado. No hay ejemplo en la vida de algún creyente que haya cometido este pecado.

9-   ¿Cómo se explican los pecados de contristar al Espíritu Santo y “apagar el Espíritu”? ¿Qué principios o aplicaciones prácticas se pueden derivar de esta enseñanza?
Hay dos pecados contra el Espíritu Santo que pueden ser cometidos por creyentes. Uno es contristarlo y el otro apagar al Espíritu Santo.

El creyente puede contristar al Espíritu Santo cuando hacemos cosas que no son consistentes con su naturaleza. Esta respuesta del Espíritu Santo nos demuestra su amor por nosotros y no modifica el hecho de que ya fuimos sellados por Él. 

Al cometer todo aquello que dista de la imagen de Cristo, con ello, estamos contristando al Espíritu Santo.

Sabremos que contrista al Espíritu Santo cuando vamos en contra de las cualidades que lo caracterizan según la Biblia. El Espíritu Santo es un Espíritu de:
a-   VerdadLJuan 14:17); de modo que todo lo falso, lo engañoso o hipócrita lo entristece.
b-  Fe (2Corintios 4:13); la duda, la desconfianza, la ansiedad y la preocupación lo apesadumbran.
c-   Gracia (Hebreos 10:29); Todo lo duro que hay en nosotros, lo amargo, lo maléfico, lo descotes, lo inclemente, lo falto de cariño lo afecta.
d-  Santidad (Romanos 1:4); Todo lo sucio, todo lo profano, todo lo degradante lo contrista.

Normalmente el Espíritu Santo se complace en revelarnos a Cristo. También imparte gozo, paz, alegría al corazón. Pero al contristarle este misterio cesa.

Con referencia al pecado de apagar al Espíritu, hay dos maneras de hacerlo. El primero, dejando de usar los medios de gracia que tenemos disponibles y segunda, por medio de pecados deliberados.

Apagar no quiere decir expulsar, sino que suprimimos el amor y el poder del Espíritu Santo cuando Él trata de llevar a cabo su propósito por nuestro intermedio.

Lo apagamos cuando dejamos de orar, de testificar, de leer la palabra de Dios. Cuando no despertamos nuestras almas.

Dentro de los pecados deliberados esta el criticar, cuando actuamos despiadadamente o cuando minimizamos el trabajo de los demás con palabras desconsideradas.

10-               ¿Cuál es el punto de gran “importancia” que en el libro se destaca en relación con el ministerio del Espíritu Santo?

El cristiano puede pecar, pero no tiene que pecar. Dios no nos hubiera pedido que rechazáramos las malas acciones si nos resultara imposible hacerlo.

Si de alguna manera hemos contristado o apagado al Espíritu Santo, es momento de confesarlo a Dios y arrepentirnos de ello. Y luego caminemos todos los días en la plenitud del Espíritu, claramente consientes de su dirección y de su poder en nuestras vidas.